SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA Agricultura sosteniblemente rentable: una explotación agrícola debe de ser sostenible en términos económicos para su dueño, y para quienes colaboran con este en su actividad, sin olvidar al resto de eslabones que conforman la cadena de valor. Sólo de este modo se garantiza el abastecimiento de alimentos. Por lo tanto, el primer paso que exige la sostenibilidad, es remunerar con sus frutos de forma razonable al 10 por ciento de las personas que trabajan y ostentan la tierra, permitiéndoles garantizar la alimentación del restante 90 por ciento. INNOVADORA Y SOSTENIBLE Agricultura sosteniblemente innovadora: En segundo orden, la agricultura ha de ser innovadora, y sosteniblemente alimentaria, de tal modo que garantizando la alimentación de la totalidad de la humanidad, debe de optimizar el uso de los recursos necesarios y escasos, como son la tierra, y el agua, impidiendo con una mejor gestión, e implicación del resto de la cadena de valor, el desperdicio, y derroche de alimentos. No se ha de producir más de lo necesario, ni llevar a cabo una actividad que suponga un uso excesivo, ocioso, e innecesario de recursos escasos, evitando en todo caso, y de igual modo, los potenciales efectos colaterales nocivos de los posibles insumos agrícolas utilizados. BIODIVERSIDAD SOSTENIBLE La actividad agrícola ha de permitir un uso responsable y condescendiente del entorno, tal que mediante la gestión de la misma, permita al resto de especies vivir en un equilibrio pleno, garantizando su ciclo natural de vida, y pervivencia sostenible en el tiempo. En este caso hablamos de biodiversidad sostenible, es decir, gestionar el planeta de tal forma, que todos vivamos en equilibrio, garantizando un entorno adecuado, para que esto siga sucediendo en el futuro. |